Hace mucho tiempo, cuando las empresas todavía no utilizaban sistemas computarizados para desarrollar sus operaciones, las primeras que lo hicieron lograron conseguir una ventaja competitiva sobre el resto puesto que se podía enviar información mucho más compleja de la que el fax permitía, almacenar datos en bases complejas sin ocupar grandes espacios físicos, reducir los tiempos para procesar tareas manuales y automatizarlas, tener informes inmediatos de inventarios y muchas otras cosas más que no menciono para no extenderme demasiado; estoy seguro que cada uno puede aportar con otros ejemplos.

Durante un tiempo, las primeras que apostaron por los sistemas computarizados tuvieron una ventaja sobre el resto porque aprovecharon la oportunidad de hacer algo que nadie o pocos hacían.

Las computadoras ofrecían funciones multipropósito que beneficiaban a cualquier industria, sin embargo, con los años, lo que fue una oportunidad se convirtió en una necesidad. El tiempo hizo que la mayoría de las empresas cuenten con sistemas computarizados y se convirtió en un estándar, quien no lo tenía simplemente estaba por debajo de la media, no daba la talla, no cumplía con lo básico, no podía competir. Se volvió una necesidad tan fuerte que hoy en día si uno dijera que trabaja en una empresa donde no se utilizan computadoras, cuando menos, la gente lo miraría raro, como si se hubiera perdido en el tiempo. Tal vez existen algunos ejemplos de empresas (artesanales) que no lo necesitan; pero coincidamos cuando menos que sería muy extraño.

La ventaja se esfuma en cuanto la industria comienza a valerse de ella masivamente, mucho más cuando se trata de la competencia.

Una ventaja competitiva puede ser copiada o imitada, a menos que tenga un beneficio difícil de replicar y que le permita protegerse en un mediano a largo plazo, en cuyo caso estaríamos hablando de una ventaja competitiva sostenible.

En México, como ya escribí anteriormente, el comercio electrónico ha venido creciendo a un ritmo muy elevado, varios de los líderes de categoría ya han dado el brinco al comercio electrónico, empresas internacionales especializadas han aterrizado con objetivos ambiciosos, las startups también hacen sus apuestas de innovación y desarrollo, varias empresas clasificadas como PYMEs están detonando su crecimiento gracias al comercio electrónico, etc. todos estos actores y movimientos de la industria generan un entorno cada vez más competitivo que depende del sector (industria o categoría) puede ser más o menos agresivo.

(Para más información ver: Comercio Electrónico en México)

Regresando a la pregunta planteada inicialmente: ¿El Comercio Electrónico en México es una oportunidad o una necesidad?

La respuesta es simple, pero no única. En realidad es una respuesta dual y con el clásico «depende» por delante. Depende del contexto particular de la empresa que quiera responder a la interrogante.

Si la competencia directa de tu empresa ha decidido invertir o reforzar su inversión en comercio electrónico, para ti es una necesidad del tamaño de un estadio de fútbol, porque de otra forma corres el riesgo de quedar rezagado y nadie quiere eso. Podría cansarme de nombrar empresas que se han quedado rezagadas por no ofrecer un grado de competitividad acorde al entorno.

Si la competencia directa de tu empresa aún no ha reaccionado al comercio electrónico, definitivamente estás ante una gran oportunidad que no debes dejar pasar. Imagina el alcance de tus ventas sin restricciones de espacios físicos de exhibición, imagina todos los mercados a los que puedes llegar, debes comenzar a generar tu estrategia, tu plan de acción y cuando antes lo hagas mejor, recuerda que en Internet todo es rastreable, medible, cada día obtienes información, conocimiento del comportamiento de tu mercado, tal vez puedas descubrir nuevas características que todavía no habías identificado.

En resumen, actualmente es una oportunidad y también una necesidad en función del entorno. Incluso me atrevería a afirmar que es más lo primero que lo segundo.

La reflexión final es que no importa cuál sea la respuesta particular de cada uno, cualquiera de las dos implica que hay que dar el brinco, el mercado reclama más alternativas para su hábito creciente de comprar en línea y en definitiva es el mercado quien manda. Todas las estadísticas dicen que la tendencia se ha duplicado en los últimos 4 años, gran parte gracias a la penetración de la tecnología en la clase media, recordemos que gracias al variado consumo de tecnología en múltiples dispositivos ( laptop, tablet, celular) el mercado mexicano es calificado como un «omnívoro digital». Si ha estos factores añadimos que las estrategias empresariales más exitosas apuestan a la innovación, estoy seguro que en un mediano plazo la única respuesta a la pregunta inicial será: es una necesidad.